5. EL DISCÍPULO EN LA ESCUELA
El discípulo entra en la sala de clase. Él va a su banco y se sienta. Suena
la campanilla y principia la lección de español. El maestro pregunta. El
discípulo se levanta y responde. Él se sienta, abre su libro y lee una frase,
dos frases. Él cierra su libro y repite las frases. Él habla alto y
distintamente. Algunas veces habla bajo e indistintamente. Otras veces habla muy
lentamente porque no ha estudiado su lección con diligencia.
Hace calor en la sala de clase y un discípulo abre la ventana. Él abre
también la puerta. Ahora hace demasiado frío y otro discípulo cierra la ventana
y la puerta. Él escribe con la pluma o con el lápiz lo que dicta el maestro. Él
va a la pizarra y escribe con la tiza en la pizarra. Después la limpia y va a su
banco, se sienta y copia lo que está escrito en la pizarra.
Él escucha siempre con atención y no copia lo que su vecino ha escrito. Él no
sopla en la clase. En casa estudia sus lecciones y en la escuela escucha
atentamente. Es muy bueno y diligente.