36. EL CRIADO ERUDITO
Varios amigos, un militar, un poeta, un cura, un usurero y un pintor, estaban
de sobremesa discurriendo acerca del valor relativo de algunos grandes hombres.
El criado de la fonda los escuchaba encantado.
—Propongo un brindis,—dijo el militar,—por el primer hombre del mundo, por
Alejandro Magno.
—¡Protesto!—exclamó el poeta;—el primer hombre del mundo fué Byron!
—¡Profano!—dijo el cura;—el primer hombre del mundo fué San Ignacio de
Loyola.
—Proclamo,—chilló el usurero,—por primer hombre del mundo a Malthus.
—¡Protervo!—vociferó el pintor;—el primer hombre del mundo fué Miguel
Ángel.

—¡Pobres señores!—se permitió decir el criado de la fonda.—El primer hombre
del mundo fué Adán.
Este despropósito cayó tan en gracia a los amigos, que al acabar de reír ya
no se acordaron de su discusión, ni de dar propina al Criado.